El velado ventanal

Paisaje a través de una ventanilla de tren
Foto por veteporlasombra

Inocentes déspotas nos condenan a la ausencia de paisajes. Si acaso, nos dejan entrever de vez en cuando los horizontes, desde la poca altura de sus miras. La madre que los parió duerme plácida, ajena al cielo sin nubes sobre los roquedos y los árboles solitarios, indiferente también a los viñedos sinfín que se suceden más allá del velado ventanal, y al legado de minúscula hostilidad que deja a la humanidad.

Comentarios

  1. El legado de minúscula hostilidad? Jajajaja, qué mal viaje te dio el mozuelo!
    Un abrazo Miguel

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    Respuestas
    1. La hostilidad fue enana. Eran dos los niños que iban delante. El sol dada por el otro lado del tren, y en cuanto vieron que los vecinos bajaban la cortina mimetizaron el comportamiento. Como no me dejaban ver el paisaje, me puse a escribir mi desazón. Si es algo de mágico tiene el tren, es que te permite contemplar tranquilamente esos paisajes que pasan. Luego los niños levantaron un poco la cortina, y algo ya pude ver. Mientras, su madre dormía plácidamente. En fin, los pequeños agravios de la vida.

      Un abrazo, Loles.

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