Isabel Coixet desnuda contra el hacker

Hombre hablando por teléfono
Fotograma de la película "Cosas que nunca te dije", de Isabel Coixet

Hoy escribí en Google «Isabel Coixet desnuda». No sé por qué se me pasó por la cabeza. Supongo que por las gafas, que en cuanto a directoras de cine me motivan más si tienen unas como las suyas, de colores y con remates angulosos. Nada interesante me devolvió Google. Cualquiera puede comprobarlo, escribiendo en la casilla del buscador «Isabel Coixet desnuda».

Tras la insatisfacción de la infructuosa búsqueda me sumergí en la web profunda, a ver si por esos mares tenía más suerte. Pero yo no sé nada de profundidades abisales... Por eso contacté, por teléfono, con un hacker, para ver si me podía echar una mano. Encontré su número en uno de esos anuncios cutres, hechos con fotocopias, que pegan con mucho celofan alrededor de las farolas: «¿Necesitas un hacker? No te voy a pedir que me contactes por email, tranquilo. Mejor, llámame al...».

Tal vez, alguien esté pensando que no he escrito el número de teléfono que aparecía en el anuncio por aquello de salvaguardar la intimidad del hacker. Pero eso es una estupidez: si el hacker no quisiera que su número se supiera, no lo indicaría en esas mierdas de fotocopias que pega por todo Lavapiés. No lo he escrito por no hacerle promoción, simplemente. El caso es que llamé al tipo y me trató muy desconsideradamente:

—¿Sí?

—Hola, ¿es el hacker?

—Sí, soy yo. ¿En qué le puedo ayudar?

—Mire, soy un gran admirador de Isabel Coixet, ¿sabe quién es?

—¿La que hace películas?

—Sí, ésa. Pues como le decía, soy un gran fan suyo y me gustaría verla en bolas.

—Ya.

—Por eso, así, de lo normal, he buscado en Google: he escrito literalmente «Isabel Coixet desnuda». Pero no encuentro ninguna foto suya en ese estilo. ¿Usted me podría ayudar a encontrar alguna?

—Hombre, no sé... Yo creo que es perder el tiempo.

—¿Es que no le gustan sus películas?

—No, no lo digo por eso. Pero ya que me pregunta... bueno, hay alguna pasable. Pero es que en cuanto abre el pico...

—¿Qué pasa, que le parece subversiva? ¡Pues vaya mierda de hacker!

—¿Qué coño dice? ¡Ande, déjeme en paz!

Y me colgó. Volví a marcar.

—¿Sí?

—¿Es el hacker?

—Sí, ¿en qué le puedo ayudar?

—¡Pues vaya mierda de hacker! —le dije otra vez—. ¿Es que no se da cuenta, por el número, que soy yo, el mismo al que acaba de colgar?

—¡Tú, otra vez!... ¡Anda, y vete a tomar por culo!

—¿Sabe que podría pasarme toda la tarde llamándole por teléfono? No tengo nada que hacer... Así que no me cuelgue, y escúcheme hasta que le diga todo lo que le tengo que decir. ¿Eh? ¡No se le ocurra colgarme! ¿Qué quiso decir antes, con lo de que «en cuanto abre el pico», eh? ¿Qué tiene contra Isabel Coixet?

No me respondió. Al parecer, ya me había colgado: estaba hablando solo y no me había dado cuenta. Esto me jodió mucho, la verdad. Estaba decidido a darle la lata por un buen rato, sólo por joder. Así que volví a llamar. Pero me salió el típico mensaje de «El teléfono móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura en este momento. Por favor, inténtelo de nuevo más tarde». Seguramente el tío había bloqueado mi número de teléfono. Claro, como era hacker se las sabía todas.

Por eso, insisto, me niego a difundir su número. No estoy dispuesto, después de lo mal que me trató, a hacerle promoción de ningún tipo. En cualquier caso, a nadie se lo recomiendo. Alguien como él, tan prepotente, que dice que no le caes bien si abres el pico, pero que te perdona un poco si haces una película medio de su gusto, no merece la pena. ¡Pero cabrón, si no la conoces de nada, a Isabel!

Y sin embargo, a mí me pasa lo contrario que al hacker: me cae tan simpática Isabel, sin conocerla de nada, que me es indiferente lo que diga o deje de decir. Aunque igual, si la llegase a conocer a fondo, lo mismo de repente me caía un poco gorda. Siento tanta curiosidad por cualquier detalle suyo, que por eso me gustaría verla en pelotas. No es por vicio, no, que para eso ya están Pornhub y otras páginas por el estilo. Tampoco sale en ninguna de ellas Isabel. Mira que la he buscado por todos los sitios web inimaginables, y nada de nada. Sin embargo, fotos de actrices desnudas hay a montones. Pero como Isabel es directora... También escribe. Lo normal es que a la gente no le interese ver fotos desnudas de sus directores y escritores favoritos. Pero a mí sí. Es, como digo, porque cuando una persona me interesa de verdad, me obsesiona saber todo acerca de ella.

Que por cierto, también me he quedado con la curiosidad del aspecto que debe tener el hacker. ¿Llevará un gorro de montaña, como ese que sale algunas veces por televisión? Con los hacker suele ocurrir, que no les gusta nada que nadie sepa qué jeta tienen. Ése de la tele, incluso tapa con esparadrapo la cámara de su portátil, para que ni los más hacker de entre los hacker puedan verle el rostro si entran en su ordenador. Claro, que no entiendo muy bien por qué luego se exhibe tanto en televisión, con su gorrito de lana.

¡Qué rabia me da, que me haya bloqueado el teléfono, el puto hacker, si no!... ¡Pero coño!, ¿y si le llamo desde el teléfono fijo?

—¿Sí?

—¿Es el hacker?

—Sí, soy yo, ¿en qué le puedo ayudar?

—Oiga, ¿me podría conseguir alguna foto suya? Si puede ser, en pelotas.

Y me colgó otra vez.


Comentarios

  1. jajajajaja, ya decía yo que ese hacker... ¡Si es que así no se puede!
    Un abrazo Miguel

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    1. Así no se puede, no, demasiado susceptibles estamos todos. Gracias por pasarte y comentar; un abrazo Loles.

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  2. Qué bueno Miguel!!!!.Ha valido la pena tu desvelo,jajajajaja.

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    1. Gracias Mónica, por pasarte, leer y comentar. Me alegra si te ha sacado al menos una sonrisa. Un abrazo.

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