A veces ocurre
Foto por Flavio Spugna |
—¡Yo lo vi primero! —se anticipó Adriana.
Marcial, tímido, abrió la puerta del taxi a aquella desconocida. Adriana no dio la menor importancia a ese tipo ni a su gesto cortés, como de otra época.
Mientras veía desde la acera cómo el taxi se alejaba, él recibió un pellizco por dentro, una intuición dulce y amarga. Ella, simplemente, continuó por su camino...
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