En la víspera del fin del mundo

El candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos de América, McCain, defiende a su contrincante demócrata: "No es un terrorista, ni un árabe, ni nada de eso: es un padre de familia y una buena persona". Sorprenden sus palabras después de una agitada semana en la que los republicanos calentaron con mentiras a sus fieles seguidores. Debe ser que ya asumen que habrá un presidente negro, y vaya legado que les deja el sistema: la mayor crisis financiera del capitalismo. Está el ambiente como para calentar más el panorama, o lo que es lo mismo, no está el horno para bollos...

Estados Unidos quita a Corea del Norte de la lista de países que apoyan al terrorismo. Algo raro está pasando en el mundo, vaya...

Ayer el Carrefour estaba repleto de familias felices que compraban como si nada estuviese suceciendo, y sin embargo, acabamos de vivir la peor semana económica de la Historia. Unos cuantos financieros avispados acaban de robar la cartera al sistema capitalista, supuestamente sin que nadie se enterase. Y ahora los que dirigen ese sistema nos robarán la cartera a nosotros, al pueblo medio, al que trabaja de sol a sol, a esos que cada vez están más atados a su hipoteca...

Los bancos islandeses se van a la quiebra, llevándose el bienestar de los islandeses, y el ahorros de miles de ciudadanos británicos. El gobierno británico congela las cuentas en Reino Unido de las empresas islandesas. Nadie congela las cuentas de las empresas norteamericanas, por supuesto.

Las "hordas rojas" vaticinan la caída del sistema capitalista. No creo yo tanto; simplemente unos listos, por otro lado los de siempre, han robado al sistema la cartera. Y ahora el sistema, de nuevo los de siempre, nos roban la cartera a nosotros. Los presidentes hacen su papel de melodrama barato, como si nada nadie hubiera presagiado la tragedia que ahora se nos viene encima. Para colmo, esos gobernantes títeres se erigen en rescatadores del propio sistema que les alimenta...

Nuestro "querido" Bush se despide con todo un legado para la historia: la guerra de Irak, el terror del terror o miedo al terrorismo, y ahora la bancarrota del sistema...

De profesor de diseño web he pasado a dar el módulo de informática en varios cursos de oficios. Mis alumnos son albañiles, fontaneros, electricistas, frigoristas... Disfruto con la interculturalidad de mis alumnos: españoles, nigerianos, caboverdenses, dominicanos, bolivianos, peruanos. Pero intuyo que algunos de mis alumnos españoles no disfrutan tanto con esta mezcolanza cultural. Así de ingrato es el que menos tiene para con los de su clase social. Cosas de la incultura. Yo siempre digo que los perros de presa del fascismo que viene ya están preparados. Y encima nada más propio para alimentar el caldo de cultivo fascista que esta crisis de desempleo y pérdida de bienestar que se nos viene encima...

Mi generación se crió entre algodones. Hasta la fecha, lo hemos pasado bastante bien. Hemos disfrutado de lo lindo del banquete neoliberal. Pero después de esta crisis, nadie sabe qué realmente nos espera. Qué pasará cuando los que tanto disfrutábamos con esta gran comilona nada tengamos que perder...

A río revuelto ganancia de pescadores, ya se sabe. Adivino que los de color rojo aprovecharán la tesitura para apostar carnaza detrás de sus barricadas. Y los del bando contrario azuzarán a sus perros de presa para que muerdan esta vez a los que menos tienen.

Se me antoja de nuevo un paisaje de fin del mundo, en el que Obama se las ve negro para que Dios salve a América. Un fin del mundo en el que el único patrimonio que nos queda a la mayoría es esperar los instantes finales de intensa luz de una detonación nuclear.

En otra parte del mundo, en una cálida playa de un paraíso fiscal, los banqueros codiciosos se dan su última cena. Tras la copiosa comida buscan un mozo al que pedirle un poco de bicarbonato para aligerar su pesada digestión. Pero ya nadie les atiende. Contemplan entonces con melancolía, ahora sí, el último atardeder de sus vidas glotonas. Y mientras el horizonte azul de un irisado mar, se ilumina con la preciosa luz de lo que es la explosión de un misil nuclear...

Comentarios

  1. Humm...

    ¿¿Que fatalista, no??

    Es probable que estemos asistiendo a un importante cambio de ciclo, no solo económico sino tambien político y social.

    ¿Tú piensas que este cambio acabará en el apocalipsis?

    Personalmente no lo creo.

    Permiteme ser optimista hasta el final.

    Un saludo.

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  2. Sí, hombre, era más un sentimiento de derrota que una visión de futuro, es que esa semana ocurrieron cosas muy extrañas, como a contrapelo de lo ocurrido hasta la fecha, como si la ilógica normal del discurrir del mundo se volviera en sentido contrario. Cuando me siento derrotado me siento derrotado. No sé si será un cambio de ciclo, no sé qué será. El caso es que si el hombre medio lo empieza a pasar mal, hablo del hombre medio de la "sociedad del bienestar", el mundo se va a echar a temblar. Bueno David; un abrazo...

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